Hoy queremos hablaros de dos de los rituales de boda que están siendo muy demandados por nuestras parejas de novios;

Por un lado la “ceremonia de la caja de vino”:

Esta ceremonia consiste en depositar en una caja de madera personalizada, una botella de vino del agrado de los contrayentes y las cartas donde los novios previamente han escrito sus sentimientos, votos o promesas.

La caja tiene que ser sellada por clavos o un candado de tal forma que se convierta en una cápsula del tiempo que sólo abrirán los novios pasados unos años en su aniversario y brindarán de nuevo por su amor releyendo los votos que les llevaron a unir sus vidas.

Por otro lado, en las ceremonias al aire libre se está realizando un ritual de origen Celta, el “Handfasting o atadura de manos”;

Consiste  en la unión de las manos y en la promesa espiritual a mantener esa unión “durante el tiempo que perdure el amor”. Cuando ya no existe amor entre un hombre y una mujer, ellos son libres de seguir su camino. Antiguamente este ritual se efectuaba cada 7 años para que las parejas renovaran sus votos de matrimonio.
El ritual se lleva a cabo dentro de un círculo mágico-ritual que puede hacerse con pétalos, ramas, flores, velas o simplemente con una tiza.

En el altar se deben colocar un cáliz, un lazo y una escoba.

Los novios comienzan declarando sus votos mutuamente y enseguida beberán del cáliz ofreciendo al otro un sorbo para representar que cada uno alimentará al otro; a continuación quien oficia la ceremonia procede a hacer el amarre de las manos con el lazo.

Los novios entrelazan sus manos (la derecha de uno con la izquierda del otro) formando el símbolo del infinito, y el oficiante las ata con una cuerda o lazo en representación de la unión ante los dioses y la naturaleza.

Finalizando el rito la pareja salta sobre la escoba representando el salto hacia las responsabilidades que se adquieren al comenzar este ciclo; la escoba representa también la transición entre el pasado y el presente lleno de fertilidad y abundancia.